viernes, 22 de marzo de 2013

EL PUNTO

La clase de arte había terminado, pero Vashti se había quedado pegada a su asiento.

Su hoja estaba en blanco. La profesora se inclinó sobre su hoja en blanco. "¡Ah! Un oso polar bajo una tormenta de nieve", dijo.

"¡Muy divertido!" contestó Vashti. "No se me ocurre qué dibujar"

Así comienza este maravilloso cuento. Vashti cree que no sabe dibujar, es más, no sabe ni cómo comenzar, pero su maestra la anima a hacer una marca y ver adonde la lleva. Vasthi, al principio, sólo pinta un pequeño e insignificante punto. Pero al verlo enmarcado por su maestra quiere superarlo y dibuja puntos pequeños, grandes, rojos, azules, violetas, un punto sin punto...

¿No os suena todo esto? Cuántos niños y niñas se ponen delante de un papel y no tienen más que preguntas... ¿Es así? ¿Está bien? ¿Cómo lo hago? ¡No me sale bien!...

Un cuento encantador para darnos cuenta que la creatividad no está marcada por unos patrones, que la inseguridad no tiene cabida a la hora de ser creativos y que debemos confiar en nuestras propias posibilidades. Claro que Vashti, nuestra protagonista, no hubiera llegado a hacer lo que hizo si hubiera tenido otra maestra, de ahí la importancia de un buen maestro que te guíe, que te motive y confíe en ti para sacar lo mejor de cada uno.

¡Cuántos niños y niñas necesitan un maestro así!

Más que un cuento infantil, una lección para tod@s nosotr@s.

Sobre la inspiración para este libro, el autor señala: “Visito clases a menudo y pregunto a quién le gusta dibujar. En parvulario todos alzan la mano. Después, a medida que voy preguntando en los cursos superiores, el número de manos en alto va disminuyendo hasta que, finalmente, ninguno alza la mano o apuntan al “artista de la clase”. Es triste ver como la energía artística y creativa va decreciendo, va desapareciendo. Estoy convencido de que es porque los niños aprenden que hay “reglas” que seguir. Pero cuando se trata de expresarte, puedes inventar tus propias reglas. Las puedes cambiar, estirar; las puedes ignorar y lanzarte a lo desconocido”.

Ya sabéis... Haz sólo una marca y mira adónde te lleva. 

Porque donde hay un punto hay un camino.

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